Día Mundial de la Hipertensión Arterial
En el Día Mundial de la Hipertensión Arterial el Dr. Mariano Duarte, Médico Cardiólogo, comparte con nosotros las principales consideraciones sobre esta patología.
El Dr. Mariano Duarte es Asesor Médico en el Sector Salud y Bienestar de la Gerencia de Prestaciones de OSPe, Jefe del Área de Hipertensión Arterial del Hospital de Clínicas y docente e investigador en Fisiología Cardiovascular en la Facultad de Medicina de la UBA.
En palabras del Dr. Duarte “La hipertensión arterial es el factor de riesgo más importante para padecer enfermedad cardiovascular prematura: infarto de miocardio, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca, como así también es una de las causas más frecuentes de insuficiencia renal crónica y diálisis. Su prevalencia es muy elevada, ya que afecta en nuestro país a uno de cada tres adultos”.
A continuación el Dr. Duarte nos despeja inquietudes y dudas sobre las causas, el diagnóstico, los factores de riesgo, la prevención y su tratamiento.
¿Cuáles son las causas de hipertensión arterial?
En este sentido debemos considerar dos grupos: la hipertensión primaria, que se da en 9 de cada 10 personas con hipertensión arterial, y la hipertensión secundaria. En la hipertensión primaria no hay un único agente causal, sino una multicausalidad que involucra, entre otros, a mecanismos neurales, renales, endócrinos y vasculares, todo ello sobre la base de una predisposición genética. Por otra parte, la hipertensión secundaria es consecuencia de una enfermedad o circunstancia especifica. Por ejemplo, un desorden endócrino con exceso de hormonas capaces de inducir hipertensión como aldosterona o catecolaminas; o afecciones como la insuficiencia renal, la obstrucción de la arteria renal, la apnea del sueño o la obesidad. También hay causas medicamentosas por la ingesta regular de ciertos fármacos (como el ibuprofeno y los antigripales, entre otros) o el consumo de drogas de abuso.
¿Cómo se diagnostica la hipertensión arterial?
Para ello se requiere de un instrumental básico que consiste en un tensiómetro, el cual puede ser analógico (tensiómetro aneroide) o digital y de una capacitación adecuada. El instrumental debe calibrarse periódicamente y se recomiendan los dispositivos automáticos que se colocan en el brazo y no en la muñeca.
Luego de una adecuada toma de presión arterial que incluye varios registros sucesivos, las personas que presenten valores por encima o iguales a 140/90 mm Hg en dos a tres consultas separadas por una semana, serán considerados hipertensos. Cabe aclarar que, en los casos de individuos que presenten daño en los llamados “órganos blanco”, es decir compromiso o afección cardiovascular, cerebral, renal u ocular por la hipertensión, se puede establecer el diagnóstico en la primera consulta. Los pacientes con daño de órgano blanco son considerados de alto riesgo.
¿Existe el efecto o la hipertensión de «guardapolvo blanco»?
Si, ocurre cuando las personas tienen cifras de presión arterial elevadas en la consulta médica pero que se normaliza en sus hogares o en su vida diaria. Es decir, estos valores registrados en el consultorio no se mantienen en forma sostenida en el tiempo, sino que se elevan sólo en ese momento. De este modo, pueden referir que, cuando se toman la presión en su domicilio, es más baja o normal. Sumado a esto, al evaluarlos más profundamente, no se hallan evidencias de daño de órgano blanco y el monitoreo ambulatorio de presión de 24 horas (presurometría) comprueba los dichos, es decir los promedios tensionales son normales. A pesar de ello, estas personas deben mantener conductas saludables para prevenir el desarrollo de una hipertensión futura.
¿En qué consisten las medidas de prevención?
Incluyen el descenso de peso si hay obesidad y evitar el sobrepeso, la incorporación de actividad física aeróbica regular, mantener una alimentación saludable (rica en vegetales, frutas, cereales, adecuada en proteínas y aceites vegetales, baja en sodio, harinas y grasas trans), suspensión del tabaco, evitar los excesos de alcohol y no consumir drogas de abuso. Estas medidas son de suma importancia para prevenir que las personas con factores de riesgo y antecedentes familiares sean futuros hipertensos.
Resulta muy preocupante ver el aumento del sobrepeso y la obesidad infantil, los que están principalmente asociados con una alimentación en la que abundan las comidas rápidas, con altísimos contenidos de sodio, grasas saturadas, harinas y azúcares refinados (incluyendo gaseosas y golosinas). A ello se le suman, la falta del orden en la distribución de las comidas y el drástico aumento en la exposición a las pantallas de todo tipo, que aleja a los niños del juego y la actividad física al aire libre.
¿Y la sal?
El sodio nos permite mantener los líquidos de nuestro cuerpo y no perderlos. Debido a ello, en nuestros centros nerviosos más primitivos, la avidez por el mismo puede rozar el placer y es frecuente que las personas refieran “que necesitan comer algo salado” o que no pueden ingerir alimentos sin sodio. En realidad, comer con cantidades bajas de sal no aumenta significativamente la presión, por lo que las personas hipertensas pueden consumir dosis bajas de sodio en las comidas sin mayores inconvenientes. Para decirlo de otro modo, el problema no es el contenido de sodio del agua mineral o del agua de red o el pan de mesa. Debemos enfocarnos en evitar los alimentos con cantidades muy elevadas de sodio, como comidas no hechas en casa (pizzas y empanadas), aceitunas, snacks, conservas, fiambres, quesos duros salados, etc. La ingesta regular de estos alimentos conlleva a aumentos sostenidos en la presión arterial y promueve la retención corporal de líquidos, especialmente a nivel de los miembros inferiores.
Una vez diagnosticada la hipertensión ¿es útil el automonitoreo?
Si. El automonitoreo de la presión arterial con dispositivos digitales automáticos que se pueden tener en el domicilio, constituye un avance muy importante. Esto permite a las personas la toma de la presión en un ambiente con menos nerviosismo que en un consultorio, o que en un ambiente externo como una farmacia o un centro de salud. Además, el tensiómetro siempre le tomará la presión del mismo modo y evitará así la variabilidad de las tomas por diferentes personas y con diferentes dispositivos. Es necesario contar con una breve instrucción de cómo debe realizarse la toma, que comprende al menos estar sentado cómodo, con el brazo descubierto y apoyado, con un reposo previo de cinco minutos, sin haber previamente fumado o ingerido comida o café, con los pies apoyados y el manguito colocado adecuadamente en el brazo. Así el médico indicará si debe tomarse todos los días y evitará que se realicen múltiples tomas diarias, lo que no es aconsejable.
¿Quiénes deben tomar medicación?
Los medicamentos que descienden la presión arterial no actúan sólo en el momento de la toma, lo hacen en forma sostenida durante varias horas. Por ello, para el tratamiento farmacológico debe comprobarse la existencia de hipertensión sostenida y no episódica. Así, en forma general podemos decir que en las personas en las que se han comprobado cifras de presión arterial iguales o mayores a 140 / 90 mm Hg en forma sostenida, tienen la recomendación de inicio de tratamiento antihipertensivo. Siempre deberán ser acompañados de las medidas de prevención no farmacológicas mencionadas previamente.
En síntesis, la hipertensión arterial afecta a millones de personas en todo el mundo y a una de cada 3 personas adultas en nuestro país, por lo que la concientización de esta condición resulta primordial. Así, a través de estos conceptos y sumando al automonitoreo, las personas adquieren conocimientos básicos que les permiten cuidarse más y mejor, y lo que es más importante, saben cómo hacerlo.
Dr. Mariano Duarte
Médico Cardiólogo.
Asesor médico en la Gerencia de Prestaciones de OSPe, Sector Salud y Bienestar.
Docente e investigador en Fisiología Cardiovascular en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Jefe de Hipertensión Arterial del Hospital de Clínicas.
Por su contribución a la ciencia fue galardonado por el Congreso de la Sociedad Americana de Hipertensión con el premio “Travel Award”, siendo su tesis de doctorado distinguida también por la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.