¿Cómo hablar de bullying con nuestros hijos?
El acoso escolar o internacionalmente conocido como “bullying” es una forma de maltrato intencional que un grupo o un individuo ejerce sobre otro, al que convierte en su víctima habitual. El bullying no es un problema nuevo y suele ser una de las formas de maltrato más dolorosas que pueden experimentar nuestros hijos en su etapa escolar. Por eso, es fundamental que nosotros como padres podamos contar con los recursos para poder hablar de este tema. Esta puede ser una tarea no del todo sencilla. En ocasiones, podemos sentir que discutir el tema, pueda causar más temor o preocupación en nuestros hijos. Otras veces, los padres podemos sentirnos inseguros sobre cómo abordar el tema de manera adecuada. Podemos no saber qué decir, cómo plantear el tema o cómo responder a las preguntas de los hijos. La falta de tiempo, de información o de confianza para abrir conversaciones sobre bullying pueden hacer que posterguemos un diálogo que es importante poner sobre la mesa. Necesitamos sin duda superar todas las barreras que nos impidan tener una comunicación abierta y honesta sobre el tema. ¿pero cómo hacerlo?
Desde OSPe y Equipo ABA, queremos acercarte algunas pautas útiles para iniciar la conversación de manera efectiva y respetuosa.
1) Aprovechá las situaciones diarias
Las oportunidades para hablar sobre bullying aparecen de forma diaria y en cualquier momento: mientras van de compras, en la plaza, de camino a la escuela, etc. Muchas veces no es necesario preparar un escenario formal para tener esta charla porque las situaciones se dan de manera espontánea. De hecho, los discursos o charlas en tono muy serio, alejadas de las realidades y del vocabulario de los chicos, en general no suelen ser muy efectivas.
2) Preguntarles lo que ya saben
Siempre es bueno averiguar qué es lo que los chicos ya saben sobre el tema y guiar la conversación. ¿Cómo? Involucrándolo activamente, haciendo preguntas, contando experiencias, y sobre todo, escuchándolos y trasmitiéndoles que cada uno de sus comentarios es interesante e importante.
3) Evitá las preguntas directas
Preguntas como “¿estás siendo víctima de bullying?”, o “¿hay bullying en tu clase?” Pueden no ser la mejor manera para que los chicos se “abran” y nos cuenten la situación. Te recomendamos que empieces de manera más indirecta, preguntándoles, por ejemplo, como estuvo su día en la escuela o hablando sobre que hizo durante el recreo o sobre sus compañeros de su clase. Algunas sugerencias disparadoras: ¿Cuál fue tu momento favorito del día?, ¿Y el que menos te gustó?, ¿Ayudaste a algún compañero?, ¿Y vos necesitaste ayuda?, ¿Qué hiciste durante el recreo?
4) Practicá la escucha activa
Algunos chicos suelen evitar conversar con sus padres por vergüenza, o por temor a la desaprobación. Hazles sentir que está bien poder hablar abiertamente sobre lo que les pasa en la escuela. En caso de que tu hijo esté siendo agresor, animate a escuchar sin juzgarlo. Esto no lo hace “malo”, sino que quizás algo le está pasando y necesita tu ayuda. Incluso esta puede ser una oportunidad para el desarrollo de nuevas habilidades y aprendizajes. Podés empezar la conversación contando cómo fue tu día en el trabajo, en casa o en alguna de tus actividades, comentándoles algo que te haya ocurrido y cómo te sentiste. Nuestro ejemplo es clave SIEMPRE.
5) Escuchá sin juzgar
Muchos padres caen en la crítica a sus hijos por la manera en que manejan estas situaciones en la escuela. Aunque entendemos que puedas tener esa reacción, parte de nuestro trabajo es replantearnos las formas y las respuestas a las que, tal vez, estamos acostumbrados. Evitá frases como: “¿Y por qué no te defendiste?”, “Tendrías que haber reaccionado diferente”, “No los escuches, hace oídos sordos… Hace de cuenta que no existen”, o “Defendete como un hombre… andá y devolvela”. Este tipo de respuestas agravan el problema o ponen distancia entre nuestros hijos y nosotros, cerrando la puerta de la confianza y la libertad de contarnos. Es importante entender que si no lo resuelve no es porque no quiere, sino porque no puede. Por eso, tu ayuda es fundamental.
6) No lo naturalices
Frases del tipo “Son cosas que pasan, la vida es así”, “en mi época también pasaba y siempre fue igual”, “¿No estarás exagerando? Tampoco es tan grave”, “En todos los colegios pasa” o el famoso “son cosas de chicos” pueden llevarlos a sentirse incomprendidos y hacerlos “descartar” a los adultos como un recurso de ayuda. Si queremos darle importancia al tema, entonces necesariamente tenemos que hacerles sentir que lo que dicen es importante para nosotros.
7) Ofrecete como recurso de ayuda
Así como los chicos tienen en claro que los padres podemos ayudarlos con su tarea o en la preparación de los útiles escolares, es importante que ellos también sepan que pueden contar con nosotros para poder compartir situaciones relativas a aspectos sociales de su vida escolar. Algunos chicos temen que si comparten estas cosas con nosotros, no vayamos a respetar la confidencialidad. Por eso, es fundamental que ellos sepan que pueden compartir sus problemas con confianza y seguridad. No obstante, si detectamos una posible situación de bullying, es fundamental saber que eso no es un secreto que haya que guardar, por lo tanto, no implica perder la confidencialidad y romper la confianza.
El bullying no es un tema fácil, pero es un problema real. Está ahí y no desaparece porque lo ignoremos. Escuchá a tus hijos, no importa su edad o el nivel educativo al que asista. Habla con ellos, generá espacios de intercambio, de conversación, sin prejuicios, con una mirada amorosa y comprensiva. Que el diálogo se convierta en algo habitual y que las emociones y el acoso escolar sea algo de lo que en casa sí se habla. Y si creés que tu hijo, tu hija o alguno de sus compañeros puede estar sufriendo bullying, hablá con ellos, hablá con la institución, y contactate con un equipo profesional para que pueda orientarte y acompañarte.
Lic. Candelaria Irazusta
Co-Fundadora y Directora Ejecutiva de Equipo ABA
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